Técnica agrícola se la jugó por el queso de cabra

Paulina Retamal fundó DCabra en Frutillar Bajo

Optó por criar caprinos a baja escala debido a los problemas de alergia alimentaria que tenía su hijo.

La historia de cómo Paulina Retamal, técnica agrícola, comenzó a producir quesos de cabra en Frutillar Bajo, parte con la alergia a la proteína de leche de vaca que desarrolló su hijo, José Vicente Barría, que hoy tiene 20 años. En una época en que el mercado ofrecía muy pocas alternativas a la leche tradicional, Paulina compraba una de cabra importada desde Holanda.

Casi por accidente, Retamal terminó cuidado una cabra que tenía un matrimonio francés que vivía en Frutillar, que alimentaba a sus hijas con una dieta orgánica.

"Se fueron de vacaciones y me la prestaron. Estuvimos dos semanas con ella y aproveché de que José Vicente comenzara a probar su leche, con muy buenos resultados. La pareja me la regaló, crie más cabras y con ellas resolví el problema de alergia de mi hijo", cuenta.

Luego de una estadía en Australia, donde verificaron que las alternativas lácteas de origen caprino eran mucho más conocidas, volvieron a Frutillar en 2016 y comenzaron a emprender con leche de cabra.

"Cuando partí con las cabras fue como jugar a las muñecas, ya que había trabajado en campos lecheros tradicionales como administradora", cuenta.

"Finalmente terminamos produciendo solo quesos bajo la marca DCabra, por un tema logístico y de distribución. Actualmente, tengo una quesera con una capacidad de 500 litros de tina, 23 cabras, que parieron entre junio y julio, que están produciendo aproximadamente 60 litros diarios. Sin embargo, una parte de esa producción la destino a la lactancia. Vamos a llegar a tener 50 en ordeña este año", cuenta.

¿Cuáles son los principales problemas que debió enfrentar?

"Cuando partí debí convencer a los clientes de ferias de la zona que probaran el queso, ya que estaban acostumbrados al mantecoso o chanco de vaca, y tenían el prejuicio de que era muy fuerte. Sin embargo, el que se produce acá en el sur es más suave, por la alimentación de las cabras. Pese a todo, me ayudó harto que muchos clientes que estaban en Santiago se vinieran al sur por la pandemia, buscando una mejor calidad de vida. Hoy en la zona se ha ido naturalizando su consumo, transformándose en un pequeño hábito. Ya no es un producto súper gourmet", detalla.

¿Quiénes son sus principales distribuidores?

"Actualmente, casi toda mi producción la vendo en el sur y proveo a restaurantes y cafeterías. Adquieren mis quesos, por ejemplo, los locales que pertenecen al grupo 100K de la Cuenca del Lago Llanquihue", cuenta. Este grupo alberga a negocios de la zona que incentivan el consumo sostenible y para ello adquieren insumos a productores ubicados en no más de 100 kilómetros de distancia.

"Los restaurantes me pueden pedir, por ejemplo, un queso brie de cabra u otro fresco, sin prensa, para ensaladas. Como soy una productora pequeña, tengo esa ventaja. Les vendo en forma constante también a locales pequeños de Arica, Calama, Santiago, Rancagua, Temuco, Futrono, Frutillar, Puerto Varas, Ancud, entre otros", dice.

Actualmente, ofrece tres cajitas para distribuir y que están pensadas como una alternativa de regalo. Una, con el nombre de "La Tradicional", que contiene un queso semi maduro, suave y cremoso, que posee un tiempo de maduración de 1 a 2 meses. La otra, llamada "La Madura", tiene un producto de sabor más intenso, con tres a seis meses de maduración. Estas dos se distribuyen en cajas de 200 gramos. La última lleva por nombre "El Cabrón" está elaborada con aceite de oliva y especias y posee un tiempo de maduración de uno a dos meses. Contiene150 gramos. Tienen un precio de $4.990, para distribuidores, y en las ferias las vendo a $7.500". 

DCabra
Sitio web:

www.dgranja.cl



Instagram: @dgranja.losbajos
Correo:

contacto@dgranja.cl



Teléfono: +56 9 8197 7614

Restaurantes y cafeterías son los mejores clientes de Paulina Retamal.