Don Urbano es heredero de una larga tradición
Agricultor de la comuna de Nogales
Siembra trigo, lo trilla y arnea, lo tuesta en callana y lo convierte en harina tostada en un molino de piedra.
Fecha de publicación
2019-09-23
Escrito por
M.M.
Paradojas del destino. Se llama Urbano pero es campesino de tomo y lomo. Siembra trigo, lo trilla, lo arnea, lo tuesta en callana y lo convierte en harina tostada en un molino de piedra. Así trabaja Urbano Pérez Olivares (61), agricultor del sector El Melón de la comuna de Nogales (Región de Valparaíso), quien rescató la sabiduría de sus abuelos para elaborar este producto que da vida al popular ulpo a través de su emprendimiento Productos Don Nano. Cuenta que es heredero de una tradición familiar y que se inició en la agricultura de rulo, que hace referencia a la que opera con riego solamente de la lluvia.
En su emprendimiento familiar lo apoyan su esposa e hijo."Mi señora es la que lleva el tema del envasado y las ventas y yo tengo que salir a producir. Me dediqué a este rubro porque requiere de poco agua, así me puse a vender mi propia harina tostada. Hago un producto de alta calidad, que cuenta con resolución sanitaria y tiene muy buena demanda".
Urbano Pérez explica que usa el mismo sistema artesanal de sus antepasados y aclara que el tostado en callana (del quechua kallana, que significa tostadora) no es lo mismo que el tostado eléctrico. "En la callana el trigo va abierto y bota mucha humedad, por lo menos un 15%. Uno lo va moviendo y revolviendo y va botando la humedad. Así el trigo se abre. En cambio en la máquina eléctrica se reseca y el sabor es distinto".
Este año Don Nano espera cosechar sus dos hectáreas con trigo. "Ojalá que la naturaleza mande un poquito de lluvia para poder cosechar lo más que se pueda. Solamente basta un poco de agua de lluvia porque el trigo de mantiene con poca humedad", dice esperanzado. El agricultor comenta que la harina tostada sirve para variadas preparaciones, como el reconocido ulpo, brebaje que mezcla la harina tostada con agua o leche y azúcar a gusto.
Además de la harina tostada de trigo ($1.000 el kilo), ofrece harina integral de trigo ($700), harinade quínoa ($3.000), quínoa pelada ($2.500), porotos ($2.000) y chuchoca ($2.000), común en la cocina de los pueblos andinos y que aún se usa en sopas, cazuelas y otras preparaciones.
Urbano Pérez es usuario del Programa de Desarrollo Local (Prodesal), que ejecuta el Instituto de Desarrollo Agropecuario con el municipio local, lo que le ha permitido acceder a diferentes proyectos para mejorar su proceso productivo, además de créditos, asesorías técnicas y capacitaciones.
Urbano Pérez dice que en su emprendimiento lo apoyan su esposa y su hijo.